Hay muy pocas estrellas que sean magnetares en la Vía Láctea, pero este tipo de estrellas de neutrones poseen uno de los campos magnéticos más grandes de todo el universo.
Las estrellas de neutrones representan, uno de los fenómenos más interesantes que hay en todo el universo, estas se han formado como el resultado de la explosión de una estrella gigante, una supernova, son cúmulos de partículas extremadamente calientes y densas, estas reúnen una masa equivalente a nuestro sol en un diámetro mucho más pequeño, y no exageramos cuando decimos eso, pues ese diámetro es de tan solo 20KM.
Los Magnetares son un tipo de estrellas de neutrones que tienen una gran diferencia con el resto, pues poseen un gran campo magnético, incluso cuando están en su ciclo de mínimo puede ser un billón de veces mas poderoso que el campo magnético de la tierra.
Por el magnetismo, estas estrellas llegan a sufrir erupciones de energía en su superficie, en estas erupciones se expulsan enormes cantidades de rayos X y rayos gamma en cortos periodos de tiempo de forma muy agresiva.
Los científicos creen que estas erupciones se deben a fenómenos de ruptura en los polos magnéticos de este tipo de estrellas, lo cual genera cambios en la dinámica de la estrella y modificaciones abruptas en el campo magnético. Estas alteraciones darían lugar a emisiones que en muchos casos igualan a una decima de segundo a la energía liberada por nuestro Sol en 100,000 años.
Este tipo de estrellas tienen una vida muy corta, tan solo unos 10,000 años; la intensidad de sus campos magnéticos provoca un colapso de la propia estrella. Esto es debido a que el poder del propio campo cae tras expulsar cantidades enormes de energía en forma de Rayos X y rayos gamma.
La primera vez que este descubrimiento se produjo durante la guerra fría en la década de 1960, los Estados Unidos lanzaron una flota de satélites conocidos como proyecto Vela, con el fin de rastrear la actividad nuclear Rusa, pero el conjunto de satélites capto ráfagas de rayos X y gamma que provenían desde el espacio.
Es difícil, ya que de 10 supernovas, solo una da origen a un magnetar. Y para formar un magnetar la estrella debe tener una rotación rápida y que su campo magnético sea alto.
Una rotación veloz consigue que el campo magnético se expanda por toda la estrella y que no quede únicamente en un área. Si el campo se expande demasiado este comprimirá su materia interior y dará lugar a una densidad que caracteriza a los magnetares.
En el 2020, los magnetares tomaron relevancia, pues se consiguió dar una explicación a señales que se captaban a principios de este siglo, cuyo origen no se conseguía entender.
Gracias a avances tecnológicos los investigadores pudieron observar varios magnetares en la Vía Láctea, justo en los momentos de máxima agresividad, dichas ráfagas confirmaron y dieron explicación a estos fenómenos, demostrando su existencia.